Orientaciones para trabajar los CELOS INFANTILES entre HERMANOS.
No mostrar una conducta
demasiado permisiva ante la conducta celosa, ya que así estamos manteniendo
dicha conducta y enseñando al niño que podemos odiar o tener celos de los
demás. Tampoco mostrar una conducta demasiado represora o mostrar demasiada
atención, ya que podemos contribuir a prolongar la situación. Tampoco podemos
permitir que el niño utilice sus celos para conseguir las cosas que él desea.
Escuchar al niño, permitiendo
la expresión de sus emociones. Hacerle ver que se le comprende aunque le
digamos que sus sentimientos son exagerados.
Evitar cualquier tipo de
comentario sobre comparación entre hermanos, aunque se a de broma. Los padres
no debieran manifestar, ni si quiera de broma, las preferencias por este/a o
aquel/aquella hijo/a.
Evitar cualquier comparación o
trato de favor o de preferencia hacia uno de los hijos. En ocasiones, se suele
hacer por parte de los padres este trato de favor aunque de forma inconsciente
pero los niños lo perciben con facilidad.
Los niños celos suelen pensar o
percibir que no son apreciados o queridos por sus padres. Es necesario hablar
con él insistiéndole en decirle que le queremos, al igual que el hermano. Es
necesario decirle explícitamente que le queremos.
Recordar al alumno historias o
acontecimientos pasados en los que se le demuestre como le quieren sus padres;
“el día en que le ayudaron a superar una dificultad, cuando se puso malo y lo
llevaron al médico corriendo; cuando le hicieron un bonito regalo…”.
Así mismo, podemos hablar con
el niño y contarles historias de cómo los llevábamos con nuestros hermanos
cuando éramos pequeños, lo cual puede ayudarle a comprender mejora la
situación.
Por otra parte, debemos educar
a los hijos en que los afectos y el amor no los pueden tener de forma
exclusiva, los padre quieren a ambos hijos por igual.
No son convenientes preguntas
al niño del tipo: ¿cuánto quieres a papá…y a mamá?, ¿a quién quieres más?.
Hablar con el alumno
continuamente y explicarle que cada persona tiene unas cualidades positivas y
negativas. Así, su hermano tiene cosas negativas y otras positivas, igual que
él. Resaltar siempre que se pueda los aspectos positivos de uno y de otro.
Valorar las diferencias y fomentarlas.
Hablar con el niño mayor de las
cualidades positivas del hermano menor. Así mismo, insistirle en las responsabilidades
que tiene como hermano mayor: ha de cuidar, proteger y ayudar a su hermano.
También hablar con el niño de
los privilegios que tiene ser el hermano mayor: será en primero en realizar
muchas cosas y celebrar acontecimientos, podrá ayudar a su hermano, realizar
ciertas actividades que por edad el hermano no puede, etc.
Así mismo, se le puede dar
cierta responsabilidad o protagonismo respecto a los cuidados hacia el hermano
pequeño, resaltando la importancia de su labor para la familia.
Hablar con el alumno en las
ventajas de tener hermanos, con respecto a los niños que no tienen: pueden
jugar con ellos, se pueden ayudar unos a otros, no estarán nunca solos, etc.
Es recomendable pasar más
tiempo con el hijo celoso, planificando actividades conjuntas en las que
participe o juegue tanto con el padre como con la madre. Tanto el padre como la
madre han de procurar pasar el mismo tiempo con uno y con otro, no mostrando de
esta forma ninguna preferencia por alguno de los dos.
La atención que reciban los
hijos ha de ser simétrica, igual, tanto por parte del padre y de la madre, como
por ejemplo de abuelos. En ocasiones hay niños más extrovertidos, simpáticos,
cariñosos que suelen recibir mayor atención por parte de los padres y otros
familiares, lo cual se ha de evitar compensando la atención que reciben.
Aumentar el tiempo de
actividades y juegos conjuntos de la familia, es un buen método para mejorar la
comunicación y establecer lazos.
Evitar ciertas situaciones que
sabemos de antemano que pueden generar conflictos. Por ejemplo, si cada hermano
tiene sus juguetes podemos evitar o enseñar a que el hermano pequeño no coja
los del hermano grande.
Permitirles y enseñarles a
resolver sus conflictos por ellos mismos, entre los hermanos. SI no consigue
resolver el conflicto, no darle la razón a uno de ellos, sino tratarlos por igual.
Cuando el niño pequeño molesta
o rompe las cosas del mayor, no disculparle por el simple hecho de que es
pequeño, enseñarle también a asumir su responsabilidad.
Hay que recordar que las normas
y los privilegios han de ser lo más parecidos entre hermanos, salvo
excepciones.
Para modificar la conducta,
tanto de uno como de otro, es conveniente utilizar las siguientes técnicas:
-
Extinción. En ocasiones la mala conducta corresponde a una necesidad
de llamar nuestra atención. Es conveniente, ante conductas no graves, no
prestar demasiado atención a las mimas, restando importancia. Si estamos
demasiado encima del niño cuando realiza estas malas conductas tal vez estamos
reforzando o propiciando que se den con más frecuencia.
-
La técnica anterior, se ha de combinar con el reforzamiento positivo
ante cualquier conducta positiva o contraria a la que deseamos eliminar por
pequeña que sea. Reforzamiento positivo es alabar al niño diciéndole que
estamos muy contentos con él, muy orgullosos de lo que ha hecho (hay que
explicitarle lo que ha hecho y por qué lo ha hecho bien), darle pequeños
premios o recompensas no materiales por su buen comportamiento (por ejemplo,
salir a la calle, al parque o realizar con él algún juego o actividad que le
guste).
Hemos de tener en cuanta que
gran parte de lo que los niños aprenden lo hacen por imitación de los adultos.
No podemos esperar que nuestro hijo respete, colabore o ayude a su hermano, si
no ve en nosotros o en personas del entorno cercano estas actitudes y valores.
Responder con tranquilidad a
los episodios celosos, sin estridencias ni recriminaciones, comunicarle al niño
nuestra decepción por su comportamiento y dejar de prestarle atención.
Posteriormente, cuando se tranquilice, podemos intentar razonar lo ocurrido y
darle la atención emocional. No obstante, razonar con el niño celoso no
funcionará siempre. Debemos entender sus conductas como síntomas de un malestar
y no desde la perspectiva adulta.
Educar en la afectividad, cooperación,
ayuda entre hermanos y no en la competición.
Enseñar a los hermanos a
prestar sus cosas, a ayudarse, a colaborar.
Todas estas orientaciones deben
de ser llevadas a cado de forma conjunta y en la misma dirección, evitando
contradicciones, tanto por el padre como por la madre, así como por otros familiares
cercanos.
Normalmente, los celos
infantiles sueles ser de tipo evolutivo y remitir progresivamente. Los celos
irán desapareciendo con el tiempo, si cada hijo, sigue viendo que tiene un
lugar único en el afecto de sus padres, y que los hermanos lejos de ser una
amenaza, un rival, llegan a ser compañeros, amigos, en quien apoyarse y con
quién compartir.
Cuando alteren la convivencia
en casa de forma significativa, sean persistentes y alteren su rendimiento
escolar y su estado anímico/de personalidad sería recomendable hablar con un
psicólogo.
Muy útil, Alonso. Comparto el enlace en mi scoop.it sobre materiales útiles de orientación educativa:
ResponderEliminarhttp://www.scoop.it/t/tuitorienta/p/3995270942/orientaciones-sobre-celos-infantiles-entre-hermanos
Un saludo